Esta suele ser una de las quejas más frecuentes en los padres que llegan a consulta preguntando por los problemas de alimentación en sus hijos.
En estos casos, una vez descartados problemas de tipo orgánico así como otros graves de la alimentación, hay que valorar si se trata de un comportamiento problemático, si no tiene las habilidades necesarias o si el problema radica en su lentitud debida a costumbres familiares o por el poco tiempo que los padres disponen para las comidas. Sí esta última fuera la causa, habría que reorganizar dichas costumbres disponiendo el niño de un tiempo adecuado para comer.
Sí la causa de la lentitud es debida a actividades distractoras durante la comida, se deberán eliminar.
Algunas pautas de intervención que realizaran los padres previo aprendizaje y entrenamiento son:
- No dar ningún alimento entre comidas
- Procurar que no coma nada antes de empezar a comer
- Prever los posibles comportamientos que pueden interrumpir las comidas (ir al WC o lavarse las manos…), deberán realizarse antes de sentarse a la mesa
- Eliminar o quitar de la mesa todos los objetos que puedan distraer al niño
- No responder a los comentarios de demanda de atención y/o comportamientos inadecuados (para de comer, jugar con los cubiertos…) que puedan tener lugar durante la comida
- Si aún fuera necesario disminuir más el tiempo:
- Durante la comida situar un reloj con alarma delante del niño
- Empezar con un límite de tiempo ligeramente inferior al que normalmente requiere
- Informarle del tiempo que tiene
- Si se lo ha comido todo se le premiará (con un reforzador acordado previamente)
- Si cuando suena el reloj no ha terminado, se retira el plato de la mesa y no se le da el premio
- Durante el periodo que le damos para comer, se le puede ir informando, señalando el reloj, de cómo lo va haciendo.
- La disminución del tiempo debe ser gradual
Por lo tanto, si su hijo/a presenta problemas con la alimentación, lo principal es consultar con un profesional que descarte problemas más graves y evalúe la causa del mismo, ya que como se ha comentado pueden ser diversas (negación a comer, rechazo sabor, textura, falta de habilidades, costumbres familiares, distracciones, dificultad para masticar y tragar la comida, etc.) y las intervenciones son diferentes según la problemática. Por lo que será el profesional quién indique las pautas a seguir una vez realizado el diagnóstico y quien entrenará a los padres según las necesidades que cada niño requiera.
Mayca Maldonado
Psicóloga
Col: AO07388